
El coche está aparcado en el mirador de Collserola. Lucas y Mercedes se observan y sonríen con la mirada. Ante ellos, las luces de Barcelona tiñen la noche con un halo anaranjado.
―Pon “Papá cuéntame otra vez” de Ismael Serrano... ―pide Mercedes, caprichosa.
―¿Otra vez? ¡Vas a rayar el cedé!
―No me canso de escucharla. ¿Sabes porque me gusta?
―¿Porqué los tiempos pasados te parecen mejor?
―¡Hablas como la Karina, tontín! Me gusta porqué tiene mucha vigencia: desigualdad, pobreza, guerras…
―¿Y eso es bueno o malo? Quiero decir si no somos responsables por no haber cambiado nada…
―¡No seas tan pesimista! Salimos a la calle para manifestarnos en contra de la guerra de Iraq y del Plan Bolonia y a favor del Estatut… Alguna cosa habremos logrado…
―¿Qué cosa? Hubo guerra, se aplica Bolonia y nos han recortado el Estatut por todas partes.
―Lucas, dices esto porque estás nervioso por los trimestrales.
―Estudiamos una carrera y dos posgrados, no encontramos trabajo de lo nuestro y encima somos mileuristas… ¿Cómo nos vamos a independizar así?
―De entrada, dejando de banda esta actitud victimista ―responde Mercedes con cierto enojo―. Hemos tenido todo lo que hemos querido. Así que no te quejes.
―Está bien… No me riñas más. Ya abandono el muro de las lamentaciones.
―Piensa, por ejemplo, en el inventor de facebook o los jóvenes de la plaza Tahrir de Egipto. ¿Acaso no han cambiado el mundo?
Lucas asiente con la cabeza y besa suavemente a Mercedes.
―¿Y nosotros, haremos un mundo mejor? ―pregunta Lucas.
―No lo sé. Quizás el mundo nos hará mejores a nosotros.
―Bonita respuesta. Quedaría bien en una canción de Serrano.
―¿Otra vez? ¡Vas a rayar el cedé!
―No me canso de escucharla. ¿Sabes porque me gusta?
―¿Porqué los tiempos pasados te parecen mejor?
―¡Hablas como la Karina, tontín! Me gusta porqué tiene mucha vigencia: desigualdad, pobreza, guerras…
―¿Y eso es bueno o malo? Quiero decir si no somos responsables por no haber cambiado nada…
―¡No seas tan pesimista! Salimos a la calle para manifestarnos en contra de la guerra de Iraq y del Plan Bolonia y a favor del Estatut… Alguna cosa habremos logrado…
―¿Qué cosa? Hubo guerra, se aplica Bolonia y nos han recortado el Estatut por todas partes.
―Lucas, dices esto porque estás nervioso por los trimestrales.
―Estudiamos una carrera y dos posgrados, no encontramos trabajo de lo nuestro y encima somos mileuristas… ¿Cómo nos vamos a independizar así?
―De entrada, dejando de banda esta actitud victimista ―responde Mercedes con cierto enojo―. Hemos tenido todo lo que hemos querido. Así que no te quejes.
―Está bien… No me riñas más. Ya abandono el muro de las lamentaciones.
―Piensa, por ejemplo, en el inventor de facebook o los jóvenes de la plaza Tahrir de Egipto. ¿Acaso no han cambiado el mundo?
Lucas asiente con la cabeza y besa suavemente a Mercedes.
―¿Y nosotros, haremos un mundo mejor? ―pregunta Lucas.
―No lo sé. Quizás el mundo nos hará mejores a nosotros.
―Bonita respuesta. Quedaría bien en una canción de Serrano.
El ruido del motor retruena en medio de la noche y los dos jóvenes emprenden la vuelta a casa. Lucas acompaña Mercedes a casa de sus padres y se despiden con un beso y un «Te quiero». En pocas horas, la ciudad se despertará ajena a sus sueños.
Publicat a la revista El Ciervo.